Definición: “Un espejo no da solamente la imagen de una parte restringida del espacio situado ante él; la experiencia muestra que esta porción, visible por reflexión, denominada campo del espejo, depende a la vez de la posición del observador y de las dimensiones del espejo.”
En los espejos podemos reflejarnos y no vernos. Nos devuelven una imagen de nosotros que no siempre es la que creemos o, peor, queremos.
“Al ser que está delante del espejo podemos platearle siempre la doble pregunta: ¿por qué te mirás?, ¿contra quién te mirás? ¿Tomás conciencia de tu belleza o de tu fuerza?”
No siempre tenemos el valor de mirarnos con total sinceridad en un espejo. Desnudarnos ante nosotros mismos no es fácil. Mirar en el fondo del espejo, para intentar descubrir su esencia, que es, en definitiva, la nuestra.
Mirarse en un espejo siempre implica un riesgo. Podemos descubrir algo en nuestra mirada que creíamos oculto.
Sin embargo, si nos acercamos demasiado, el reflejo es empañado por nuestro propio aliento y no podemos ver nada.
Capaces de ampliar nuestra visión, pero al mismo tiempo de reflejar una realidad distinta, impredecible, los espejos pueden atraparnos en sus miles de imágenes. Son una pregunta. No una respuesta.
En la puesta en escena de familiar, se utilizarán muchos espejos como recurso para ampliar el espectro de visión del espectador, y también para envolverlo en un sin fin de imágenes. Desde el comienzo queremos que el público se refleje en los espejos y que pueda ver algunas escenas a través de los mismos, y crear así un límite impreciso entre la imagen real y la reflejada.
Todos los personajes se miran en algún momento en un espejo. Es un momento único y personal. En la intimidad, cuando nadie los vea, a veces ni siquiera el espectador –que podrá intuirlo-, ellos tendrán un encuentro revelador con el espejo, del que solo nos llegarán algunos resabios.
miércoles, 6 de junio de 2007
Algunos Conceptos Explorados - Espejos
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