miércoles, 6 de junio de 2007

Algunos Conceptos Explorados - Agua

El agua en quietud refleja. Pero no circula, queda estancada. En cambio el agua que fluye purifica, renueva. El agua, a diferencia de los espejos, ofrece la posibilidad de atravesarla; sumergir la mano en ella y sentir el alivio refrescante o la sal ardiendo en las heridas.
El agua en quietud es una muerte segura, mansa. El agua recuerda también el vientre materno, cálido y acogedor: “la muerte en un agua calma tiene rasgos maternales” nos recuerda Bachelard, ya que “el agua mezcla símbolo de nacimiento y de muerte”. Dos hechos fundamentales en la vida de las personas, simbolizados por un mismo elemento. Lo mismo que nos da la vida, es lo mismo que nos la quita.
La muerte y el agua. El agua que calma la sed, que limpia. La muerte que alivia el dolor y nos libera.

Al estar tan fuertemente ligadas al agua todas las interminables ensoñaciones del destino funesto, de la muerte, del suicidio, no hay que asombrarse de que el agua sea para tantas almas el elemento melancólico por excelencia” .
Y Antígona es la heroína melancólica por excelencia. Su suicidio no es más –ni menos- que el resultado de un estado melancólico que no puede superar. La muerte puede fortalecernos, o terminar de matarnos. Pero ¿qué es lo justo? ¿seguir viviendo cueste lo que cueste e intentar ser feliz? ¿o entregarse al destino, o tal vez al pasado, y dejar de luchar contra lo inevitable? ¿existe el destino? ¿o cada uno es responsable de todo lo que le acontece?
¿Cada cuál asume su rol, o toma lo que le queda? ¿Hay una manera correcta de actuar frente a la muerte?
Durante el proceso de los ensayos investigamos intensamente el elemento “agua”, tanto visualmente, como a nivel sonoro, y de sensación física, apelando a las sensaciones corporales y las imágenes que provocaban en los actores.
El agua está muy presente en la obra, de distintas maneras y con distintas intenciones. Una fuente, ruidos, manchas de agua, vapor de agua, agua encerrada en un vaso…

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