"Mis espejos van hiriéndome,
cuidado, que ellos pueden lastimarte al fin
En mi espejo atróz te han de ofender
Los versos sin florar y un hielo de perfil.
En mi espejo astral verás brillar
Mis últimas estrellas renunciando a mí,
y en mi espejo azul encontrarás
mi imagen, con la angustia de una cicatriz.
Cuántos espejos
que multiplican odios y partidas!
Espejos, casi navajas,
sangrando a pie, va el alma a tu ternura
ay! qué oscura de miedo, me escondo
como un verso en tu saliva!,
ya sólo veo tus ojos,
espejos dulces, pétalos de luz...”
Mis tules abrazan la piel en busca de zonas prohibidas. Envuelven almas y traslucen sus oscuros vericuetos. Algo se marchita. Algo desancla y alivia.
¿Qué podría suceder si esos tules se ciñeran a mi rostro?
Llevo mi vientre lleno de sueños.
Pequeños sueños hechos de un miedoso sol que no abriga.
Tiempos rotos.
Sonrisas flojas.
Añicos de abanicos fuertes y robustos.
Silencios que no llegan
…y tu mirada es una pregunta.
A la muerte se le teme, se la llama, se la sueña… pero ¿miedos en la muerte?,
¿sueños en la muerte?
Soy tan esclava de mi soledad como cualquiera de ellos, y estoy cansada.
Cansada de morir todo lo que toco. De saber siempre y no saborear nunca. De existir sola, entre dolores mojados y miradas quietas. De que la vida se oxide en mi presencia.
Harta de que mi canto sea recibido con resignación, o con espanto, de aliviar el torturante camino de unos cuantos, de poner fin a l malestar de lo demás… ¿y yo qué? ¿a mí quién me alivia?,
¿A mí quién me mata? A veces quisiera morir, y no sé cómo.
miércoles, 6 de junio de 2007
familiar según sus integrantes - Mariana Scioti
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